Los derechos sexuales o el derecho a la sexualidad hacen referencia al derecho humano reconocido a expresar la propia sexualidad sin motivos de discriminación por orientación sexual.
1. Derecho a decidir de
forma libre sobre mi cuerpo y mi sexualidad Existen diversas formas de vivir la
sexualidad. Tengo derecho a que se respeten las decisiones que tomo sobre mi
cuerpo y mi sexualidad. Soy responsable de mis decisiones y actos. Nadie debe
presionar, condicionar ni imponer sus valores particulares sobre la forma en
que decido vivir mi sexualidad.
2. Derecho a ejercer y disfrutar plenamente mi
vida sexual El disfrute pleno de mi sexualidad es fundamental para mi salud y
bienestar físico, mental y social. Tengo derecho a vivir cualquier experiencia,
expresión sexual o erótica que yo elija, siempre que sea lícita, como práctica
de una vida emocional y sexual plena y saludable. Nadie puede presionarme,
discriminarme, inducirme al remordimiento o castigarme por ejercer o no
actividades relacionadas con el disfrute de mi cuerpo y mi vida sexual.
3. Derecho a manifestar
públicamente mis afectos Las expresiones públicas de afecto promueven una
cultura armónica afectiva y de respeto a la diversidad sexual. Tengo derecho a
ejercer mis libertades individuales de expresión, manifestación, reunión e
identidad sexual y cultural, independientemente de cualquier prejuicio. Puedo
expresar mis ideas y afectos sin que por ello nadie me discrimine, coarte,
cuestione, chantajee, lastime, amenace o agreda verbal o físicamente.
4. Derecho a decidir con
quién compartir mi vida y mi sexualidad* Existen varios tipos de familias,
uniones y convivencia social. Tengo derecho a decidir libremente con quién
compartir mi vida, mi sexualidad, mis emociones y afectos. Ninguna de mis
garantías individuales debe ser limitada por esta decisión. Nadie debe
obligarme a contraer matrimonio o a compartir con quien yo no quiera mi vida y mi
sexualidad.
5. Derecho al respeto de mi intimidad y mi
vida privada Mi cuerpo, mis espacios, mis pertenencias y la forma de
relacionarme con las y los demás son parte de mi identidad y privacía. Lecturas
Recomendadas. Curso a distancia Hablemos de sexualidad, CONAPO 2009 2 Tengo
derecho al respeto de mis espacios privados y a la confidencialidad en todos
los ámbitos de mi vida, incluyendo el sexual. Sin mi consentimiento, ninguna
persona debe difundir información sobre los aspectos sexuales de mi vida.
6. Derecho a vivir libre de violencia sexual
Cualquier forma de violencia hacia mi persona afecta al disfrute pleno de mi
sexualidad. Tengo derecho a la libertad, a la seguridad jurídica y a la
integridad física y psicológica. Ninguna persona debe abusar, acosar, hostigar
o explotarme sexualmente. El Estado debe garantizarme el no ser torturada/o, ni
sometida/o a maltrato físico, psicológico, acoso o explotación sexual.
7. Derecho a la libertad
reproductiva* Las decisiones sobre mi vida reproductividad forman parte del
ejercicio y goce de mi sexualidad. Como mujer u hombre joven tengo derecho a
decidir de acuerdo con mis deseos y necesidades, tener o no hijos, cuántos,
cuándo y con quién. El Estado debe respetar y apoyar mis decisiones sobre mi
vida reproductiva, brindándome la información y los servicios de salud que
requiero, haciendo efectivo mi derecho a la confidencialidad.
8. Derecho a la igualdad de oportunidades y a
la equidad Las mujeres y los hombres jóvenes, aunque diferentes, somos iguales
ante la ley. Como joven, tengo derecho a un trato digno y equitativo y a gozar
de las mismas oportunidades de desarrollo personal integral. Nadie, bajo
ninguna circunstancia, debe limitar, condicionar o restringir el pleno goce de
todos mis derechos individuales, colectivos y sociales.
9. Derecho a vivir libre de toda
discriminación Las y los jóvenes somos diversos y, por tanto, tenemos
diferentes formas de expresar nuestras identidades. Tengo derecho a que no se
me discrimine por mi edad, género, sexo, preferencia, estado de salud,
religión, origen étnico, forma de vestir, apariencia física o por cualquier
otra condición personal. Cualquier acto discriminatorio atento contra mi
dignidad humana. El Estado debe garantizarme la protección contra cualquier
forma de discriminación.
10. Derecho a la información
completa, científica y laica sobre la sexualidad Lecturas Recomendadas. Curso a
distancia Hablemos de sexualidad, CONAPO 2009 3 Para decidir libremente sobre
mi vida sexual necesito información. Tengo derecho a recibir información veraz,
no manipulada o sesgada. Los temas relativos a la información sobre sexualidad
deben incluir todos los componentes de ésta: el género, el erotismo, los
vínculos afectivos, la reproducción y la diversidad. El Estado debe brindar
información laica y científica de manera continua de acuerdo con las
necesidades particulares de las y los jóvenes.
11. Derecho a la educación sexual La educación
sexual es necesaria para el bienestar físico, mental y social, y para el
desarrollo humano, de ahí su importancia para las y los jóvenes. Tengo derecho
a una educación sexual sin prejuicios que fomente la toma de decisiones libre e
informada, la cultura de respeto a la dignidad humana, la igualdad de
oportunidades y la equidad. Los contenidos sobre sexualidad en los programas
educativos del Estado deben ser laicos y científicos, estar adecuados a las
diferentes etapas de la juventud y contribuir a fomentar el respeto a la
dignidad de las y los jóvenes.
12. Derecho a los servicios
de salud sexual y a la salud reproductiva* La salud es el estado de bienestar
físico, mental y social de las personas. Tengo derecho a recibir los servicios
de salud sexual gratuita, oportuna, confidencial y de calidad. El personal de
los servicios de salud pública no debe negarme información o atención bajo
ninguna condición y éstas no deben ser sometidas a ningún prejuicio.
13. Derecho a la
participación en las políticas públicas de sexualidad Como joven puedo tener
acceso a cualquier iniciativa, plan o programa público que involucre mis
derechos sexuales y a emitir mi opinión sobre los mismos. Tengo derecho a
participar en el diseño, implementación y evaluación de políticas públicas
sobre sexualidad, salud sexual y reproductiva; a solicitar a las autoridades
gubernamentales y a las instituciones públicas que construyan y promuevan los
espacios y canales necesarios para mi participación; así como a asociarme con
otras/os jóvenes para dialogar, crear y promover acciones propositivas para el
diseño e implementación de políticas públicas que contribuyan a mi salud y
bienestar. Ninguna autoridad o servidor público debe negar o limitarme, de
manera injustificada, la información o participación referente a las políticas
públicas sobre sexualidad.
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